Láminas de seguridad para la industria alimentaria

Láminas para protección de la industria alimentaria

Garantizar la seguridad de los alimentos que consumimos es, desde hace años, una de las prioridades de la cadena alimentaria, desde los productores hasta los consumidores, pero, sobre todo, para la industria que procesa esos alimentos. Para lograr esas garantías, se han llevado a cabo importantes cambios legislativos y se han endurecido los controles, con el fin de asegurar que los productos que llegan hasta los hogares cumplen con todas las garantías de seguridad a lo largo del proceso que los ha llevado hasta el plato.

Entre estas medidas, destaca la creación de certificaciones oficiales que garantizan la protección del consumidor y fortalecen su confianza en los alimentos que produce la industria. En definitiva, un producto certificado es un producto seguro. 

 En el caso de los alimentos, hablamos, fundamentalmente de tres certificaciones: ISO22000, IFS y BCR. Las tres tienen en común que sus requisitos mejoran los procesos de transformación y calidad, minimizan los riesgos alimentarios y controlan de manera eficaz los procesos internos y garantizan la seguridad de los alimentos producidos



Garantizar procesos internos mediante láminas de seguridad 3M

Dentro de esos procesos internos de las empresas para garantizar la seguridad, exigidos por las diferentes certificaciones, como veremos ahora, se especifica que, en las instalaciones, las ventanas, paramentos, separadores o cualquier superficie de cristal situada cerca de donde se manipulen productos alimentarios deben estar protegidas contra las roturas. El objetivo es que, en caso de accidente, se pueda evitar a toda costa que cualquier pequeño fragmento de cristal pueda terminar en alguno de los productos que se van a distribuir. Aunque existen cristales específicos para evitarlo, hablamos de productos con un coste muy elevado, por lo que hay muchas empresas que no se han decidido a dar el paso para instalarlos. 

 Desde Regarsa proponemos una solución alternativa, con un coste menor, pero igual de segura y que cumple con todos los requisitos exigidos por las diferentes normas de certificación: la instalación de láminas de seguridad para cristales. Estas láminas de seguridad están dirigidos a todas aquellas empresas del sector agroalimentario (procesadores, almacenes, embaladoras de alimentos, etc.), que quieran implantar alguno de los estándares de calidad mencionados, sobre todo teniendo en cuenta que, cada vez más, las grandes superficies requieren a sus suministradores de alimentos contar con estas auditorías para incluir los productos en sus lineales..



IFS (International food standar) Y BRC (British retail consortion)

IFS es un protocolo privado desarrollado por los distribuidores alemanes, franceses e italianos, con el propósito de ayudar a los proveedores a que suministren productos seguros conforme a las especificaciones y a la legislación vigente. La norma se ajusta a los requisitos internacionales (GFSI) y permite garantizar la seguridad alimentaria y el control de calidad de los productos a través de evaluaciones completas a los suministradores.

Por su parte, BRC es un modelo desarrollado por el comercio minorista británico y uno de los más difundidos internacionalmente para que los distribuidores y grandes superficies certifiquen a sus proveedores de producto. Al igual que en el caso del IFS, su objetivo es asegurar que los proveedores cumplen con una  serie de requisitos que garantizan la salubridad de sus alimentos. Tanto la norma IFS como la BRC cuentan con requisitos específicos en cuanto a exteriores, edificios, paredes, suelos, techos, ventanas, puertas, iluminación, etc., entre ellos, destaca, como decíamos, la exigencia de que las ventanas donde se manipulen los productos estén absolutamente protegidas.

ISO 22000

Por último, la norma UNE-EN ISO 22000 especifica los requisitos que debe cumplir un sistema de gestión para asegurar la inocuidad de los alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria, hasta llegar al punto de venta y al consumidor final. Esta norma integra los principios del APPCC (Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico), un método reconocido y aceptado internacionalmente para garantizar la seguridad de los alimentos. 

 En el caso de la ISO 22000, no recoge requisitos específicos en cuanto a las instalaciones donde se manipulan los alimentos, sino que deja en manos de los auditores la valoración del riesgo de las instalaciones para conocer cómo afectan a la inocuidad del producto. 

 En el siguiente cuadro, se pueden ver las principales diferencias entre estas tres normas.

Tabla de Diferencias entre normas IFS, BRC e ISO 22000


En cualquier caso, cualquier empresa alimentaria que busque certificarse por cualquiera de estas normas, debe valorar la posibilidad de instalar láminas de seguridad para cumplir con uno de los requisitos fundamentales para las instalaciones exigidos.

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